lunes, marzo 24

Miradas, silencios

Empezó el cosquilleo en la piel. No necesito voltear para saber que me observas.


Te busco entre los ya conocidos rostros para descubrir tus pequeños ojos, que parecen haber esperado secretamente este momento. Por unos segundos soy atrapado por tu sonrisa inalterable, ansiando que al menos esta vez sea yo la razón que le da vida. A una mirada de distancia debemos someternos a la frialdad implacable de este silencioso juego.


Ambos volteamos. Espero no pase mucho antes que nuestras miradas vuelvan a cruzarse.


* * * * *


No. No puedes descubrir que te estoy mirando así.


Es mejor cuando no te das cuenta, cuando sigues observando el mundo con tu seriedad terrible y pasas por alto mi existencia. Prefiero ser invisible a que pienses que soy sólo una niña que se queda como tonta ante esos ojos que parecen leerlo todo, que podrían descubrir todos mis secretos. No quiero que sepas que me corto entera cuando te veo llegar, aunque a veces creo que lo sospechas.


Demasiado tarde, tus ojos ya se han clavado en los míos. Tengo que voltear.


* * * * *


Aquí vamos otra vez. Una nueva mirada.


El tiempo se escapa mientras aguardo una palabra que rompa la rutina, que le quite la casualidad a los furtivos encuentros con tus ojos. Ojalá escape de tu boca para no destruir la magia, dila tú que para mí no está permitido.


* * * * *


Odio tener que callar esto que siento. Odio entender al fin eso de sentirse como una adolescente cuando tus ojos... oh, no, ahí están otra vez. No me mires, por favor, no frente a todos. Hazlo cuando nadie lo note, ni siquiera tú.


Quiero oír tu voz pronunciando mi nombre cuando sólo yo pueda oírlo.


* * * * *


El timbre suena en la distancia.


'Eso es todo por hoy, nos volvemos a encontrar el lunes.'


Todos comienzan a abandonar la sala, excepto una chica que intenta arreglar su descuidado jumper.


'Dime, Francisca.'


'No, nada, profesor. Hasta el lunes.'


Otra historia inconclusa.

domingo, marzo 23

Cancela ese pensamiento

Ya no sé qué hacer con esto, me está volviendo loco.
No puedo seguir así, imaginándote desnuda.
No es que no quiera hacerlo, no me detiene la vergüenza.
Es sólo que ya no puedo andar por la calle con esta cara de calentura.
Y es que te veo en todas las mujeres, pero no estás en ninguna.
Es hora de decir a mi mente que cancele ese pensamiento.