Libre (anti-Edipo)

'Hora del deceso... 17:23.'
El doctor se retira raudo arrojando los guantes ensangrentados al suelo. Una de las enfermeras los recoge y los arroja al basurero -distante apenas unos centímetros-, la otra cubre el cuerpo de la mujer que yace inerte sobre la mesa del quirófano. Hacía sólo un par de horas que había arribado al hospital por sus propios medios, quejándose de un terrible dolor en el pecho.
A cientos de kilómetros su hijo arroja una foto de ambos al mar. Mientras enciende un cigarrillo puede verse su mano cubierta de sangre, pero no hay en él una mueca de dolor o heridas visibles. En su rostro se dibuja una sonrisa al tiempo que deja escapar un susurro.
'Por fin se ha terminado.'